lunes, 25 de junio de 2018

Leyenda #71: Oda a la muerte de mi corazón

¿Cuanto llevo sin escribirme a mi mismo? De hablar conmigo mismo. No puedo negar que pueda sentirme como un naufrago perdido en una marea de emociones, que intentan empujarme al fondo del mismo. Pero a pesar de todo sigo luchando contra la marea a pesar de todo. No lucho para ser mejor, no escribo para ser reconocido, sino lo hago para sentirme un poco más vivo.

Estoy cansado de ser una victima de un robo, el robo de mi corazón. Un corazón herido que se marchita por la falta del amor que una vez tuvo y le fue arrebatado. Ahora se muere porque solo le queda su dolor, su miedo y sus pesadillas. Ahora yo soy un preso del mismo amor, del querer ser deseado pero se golpea contra el muro de su realidad. No puedo encontrar la llave de los grilletes que me sujetan.

Soy un dependiente de esta droga que se llama amor, de sentirme querido por unos brazos acogedores, de mirar unos ojos que pueda mirar el resto de mis días, de perderme en ellos como nunca me he perdido. De ser el naufrago de su dolor para ser el naufrago que pueda perderse en unos ojos. En unos ojos donde pueda ver el universo, donde no necesite un telescopio para ver los planetas porque ya te puedo ver a ti, donde no necesite un libro de fantasías para que me hagas soñar. Donde pueda acariciar un pelo largo o corto, liso o con rizos, morenos, rubios, negros, pelirrojos, o de colores para sentir que estoy en un prado de las más hermosas y olorosas flores, donde me pierda aún mas con tu dulce olor.

Daría lo que fuera para sentir una vez más aquellas caricias, aquellos besos de locura, aquellos te quiero. Es más puedo aceptarlos aunque sea una una gran mentira. Unas palabras tan bonitas cargadas de tanta hipocresía. Un "Te quiero" cargado de letras pequeñas. Un "Te quiero" con unas necesidades que cumplir,como un contrato laboral que caduca con un tiempo. A quien pretendo engañar. Aceptaría eso una y otra vez si así consigo sentirme vivo y no vagar con un corazón roto que no controlo.

Desearía volver a aquel momento en que una sonrisa o coger la mano, me hacia que mi sangre alcanzara velocidades prodigiosas pero ahora solo es por impulsos apagados. Poder mirar una obra de arte hecha por el ser humano, sin tener que visitar monumentos porque tu eres el mayor de ellos. Una creación tan perfecta pero a la vez tan imperfecta. De la imperfección esta la perfección. Un beso, es mi portal tridimensional, son mis cartas de amor que van de tu corazón al mio donde se une un conjunto de sentimientos indescriptibles.

No puedo vivir sintiendo que no me importan las cosas, que soy frió como el hielo. Solo intento sobrellevar las cosas. Ponerme una mascara y tapar lo que en realidad es tristeza lo que siento. Suena repetitivo, pero es así, desearía volver a sentir los sentimientos indescriptibles que me hace sentir una mujer, sea la que sea, no tengo miedo, solo dolor.

Porque caminar ya se hace un desafió. Quiero sentir el conjunto de emociones que una vez sentí, que me hagan una persona diferente. Quiero eliminar los finales tristes, no quiero dejar de creer que el amor es un conjunto de necesidades, aunque sea verdad y solo la vida aciaga tenga un as bajo la manga.

No quiero ser el juguete de un niño que perdió su gracia y es arrojado al vertedero. Soy un ser humano, somos seres humanos, padecemos y sangramos. No quiero seguir esperando trenes que se van o que te dejan en la parada equivocada. Quiero que ese tren me lleve al destino acertado.

Ahora camino sobre el anden de ninguna parte hacia el destino de ninguna parte. Con una mochila cargada de sueños de querer alcanzar.

Fingir es fácil, pero se hace agotador. Soy consciente que esto suena a una pataleta de un niño al que le han quitado su chuche. Que la vida es así, que el tiempo es el que determina todo. Ojala poder tener la maquina del tiempo para viajar por los recuerdos que deseo mantener.

Pero eso es hacerse más daño aún, porque lo que una vez fue ya no. Puedes verlo en la película de tu cerebro y emocionarte pero ahora solo son partes del recuerdo, ahora solo eres una sombra que camina sin cesar, un alguien que una vez fue y ya no.

Ya pienso que no tengo edad para seguir llorándole a mi blog, me hace detectar mi inmadurez. Pero solo soy yo mostrando mis pensamientos, siendo un confesado y un confesador. Ahora me despediré de mi corazón muerto, que una vez me hizo arder de felicidad, en el amor. Así con esto escribo mi final. Adiós viejo amigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario