miércoles, 25 de diciembre de 2013

Un cuento de Navidad: Las 13 uvas

Ahhh llega la Navidad, que por cierto es hoy, momentos para celebrarlo con los seres a los que más queremos comiendo garrapiñadas, mazapanes, polvorones, mantecados y turrón ya que la almendra en estas fechas esta muy solicitada. Nos encanta la navidad por sus sorteos navideños, sus regalos de Papa Noel y luego llegan los Reyes Magos para traernos más regalos pero hubo a alguien que estas fechas no agrada...

Esta es la historia de un joven, de unos 19 años que ignoraba a sus padres, bebía whisky, tenia resaca a todas horas y había estado consumiendo drogas. A las 12:00 de la noche en una discoteca bebía alcohol de quemar y alguna vez que otra martinis. Una mañana nevada y un frío que los charcos de agua de los radiadores estaban congelados. Se levantó de la cama con una botella de JB y una carta. La carta decía muchos insultos porque Alejandro era un putero. En el espejo de su cuarto había una lista de personas a las cuales había hecho daño, cogió el boli y apunto su nombre en aquella lista. Su cuarto estaba hecho una pocilga por la falta de higiene debido a las botellas vacías de tequila (el chaval de daba a todo) y comida basura situadas por todo el suelo. Se pincho en un dedo del pie con una botella de cristal rota. Se curó la herida y se fue a trabajar. El trabajaba de dependiente en unos grandes almacenes. Él quería cambiar de vida, quería dejar de ser un putero, un drogata y un borracho y asentar la cabeza porque cualquier día podría ser bueno para que lo encontraran muerto y que disgusto se llevarían sus padres. Odiaba ver a los niños viendo escaparates de juguetes, madres comprando turrones, mantecados, mazapanes y un gran pavo muerto y abuelos hablando de como era la Navidad en sus tiempos y lo bonita que es.
- Hoy no tienes buena cara: le dijo una dependienta amiga de Alejandro.
-Déjame en paz, marroquí.
La dependienta era de Marruecos, por lo que su comentario racista le daba igual ya que ella procedía de allí.
- Coloca estas latas de uvas en esa estantería y quédate una tú: dijo.
- ¡ No me da la gana de trabajar en Nochevieja!: dijo Alejandro.
-¡No seas gruñón y hazlo!
Después de su jornada, su jefe le dio una cesta de navidad, que contenía: Turrones de Jijona, aceitunas enlatadas, una caja de mantecados, un CD-DVD de: Kratos salva la Navidad y  una lata de uvas que el había metido.
En Nochevieja, las discotecas estaban cerradas a causa de la fiesta y la fuerte nevada por eso nadie se fue de cotillón. Alejandro pasaba las nocheviejas solo porque sus padres no quería saber nada  de el tras su desastroso comportamiento y comía las 12 uvas solo. Antes de que comenzaran las campanadas, Alejandro puso la película de Navidad. En ellas se podía oir.
- Bestias asquerosas no os permitiré destruir los juguetes de los niños que tanto le costaron hacer a los elfos de Papa Noel y sabed una cosa os mandaré de vuelta a las profundidades del Ares.
La película transcurrió.
-Gracias Kratos, ahora los niños pueden jugar con sus juguetes en Navidad y tu has echo posible eso tras matar a los "Iupururururús". Siento que no este tu familia para celebrarlo con ella pero Kratos te fe siempre.
Empezaron las campanadas y tras desear sus sueños de poder cambiar observo que había una uva de más.
Era dorada como el oro y redonda como una canica.
-¡13 uvas! ¡Estoy borracho aún!, dijo Alejandro.
Se la intentó comer pero era muy dura. Era una uva de oro, que le cambio la vida entera. Llamó a sus padres pidiéndole perdón y a la gente que le había hecho daño. Limpió y arregló su piso con el dinero que consiguió tras vender la pieza de oro, consiguió dejar las drogas y el alcohol, aprendió a cocinar y tuvo los amigos que Alejandro hizo daño en un pasado. Y tres años después en Nochevieja tuvo un hijo con la mujer de sus sueños.

Como Alenjadro cumplió sus sueños nosotros también  podemos con el espíritu navideño conseguir lo que deseamos junto con nuestros seres queridos.