Un día de los cuales venia de vuelta a Linares cuando de repente vi algunos bosques y dentro de ellos algunas casas algo deterioradas y los mire tan fijamente que cerré mis parpados un momento y vi un bosque donde una niña recoja algunas florecillas y avisto una malograda casa vieja donde entro y vio muchas cestas en la entradita con algunas flores marchitas y miro mas a fondo la casa hasta entrar al sótano donde había mas de una niña como ella incrustadas en unas viejas perchas donde sus cadáveres se podrían por culpa de la humedad pero esta tuvo una visión al visualizare tal desastre tan monstruoso donde estas eran asesinadas por la espalda por un ente del cual solo es sombra y su cadáver se desvanecía entre las secas hojas de los arboles que caían al suelo. Esta asustada huyo pero el ente lo atrapo sin dar a conocer donde se metió. Os preguntareis ¿una niña con cestita, suena como a caperucita roja pero en siniestro?. Entonces una hoja de periódico se me apareció de repente con un articulo que decía que mas de 20 niñas de 11 años perdía la vida en ese bosque y que de sus huesos no se sabe nada y que esa casa no existe en realidad, solo se sabe que en los bosques esos cuando llega media noche puedes encontrar los fantasmas de estas niñas que recojan flores tranquilamente y que si esperas a las doce todo el bosque se cierne oscuro y estos fantasmas gritan como si de su alma se las llevara al infierno pero solo te vuelves loco si te queda pero es peor si huyes porque entonces encontraras un lago del cual es todo sangre y el ente se te aparece y te arroja en ese lago del cual estas cayendo infinitamente. ¿pero quien ha vivido para contarlo?. Pues un aficionado que vivía en una casa y se dedicaba a matar a niñas de 11 años que iban vestidas de negro y eran pálidas de piel ¿A que es raro? Entonces mis ojos se abrieron lentamente y mi madre me dijo
- ¿Hijo, que has soñado?
- Nada interesante, mama. sonreí.
Y mire por la ventana de aquel autobús del cual vi otro bosque en el que vi a una niña de 11 años de rasgos pálidos, rubia de pelo, vestido negro que hacían juego con sus botas y unos leotardos blancos...
- Pobre niña, pensé..., mientras un hombre de capa negra le cortaba su pálido cuello lentamente y por detrás.
¿Vaya cosas suceden no os parece? ¿no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario