- Mi nombre es Bearface.
- Ah y el mio Fairy
- Como se llama este mundo...
- No tiene...
Entonces observo el camino que tenia y que le llamaban "el camino de juguetes rotos", un hostal-bar llamado el coche de hombre cuya dueña era muy repipi y poseía una gran hectárea allí. En ese hostal se hospedaban genios muertos de la literatura de ese mundo que perdieron su fama.
-Pero hay una cosa que jamas debes ver... puedes salir y entrar cuando quieras pero no debes ir al sitio prohibido...
- Ahhh...
Los chavales cada tarde jugaban alegremente por ese campo y por la playa del Peñon o sino a cabrear a loa dueña del hostal que tenia su misma edad. En verdad la dueña se llamaba Carmen (de ahí el juego de palabras). Fairy le permitió que le llevara flormieles a la madre de Bearface. Pero los días pasaban y Dhu can Dú no encontraba las 100 gaviotas. Pero un día ese entro al sitio prohibido porque se le había caído su pelota favorita y en el se encontró con el Arbol de los Ahorcados, en un letrero ponía:
-Aquellos de los cuales nos alimentamos de sus sueños y alegrías...
Entonces el suelo se mancho de un liquido negro y todo el cielo también. Este saltó la valla y vio como Fairy se deshacía como un muñeco de barro y quedaba solo una mancha gigante de negror y su conjunto oseo. Este escuchaba la voz de Fairy decir:
Me mentiste, me mentiste, me mentiste..
El salio por esa puerta y en ella los arboles recobraron su forma normal y las lianas se pegaron con ellos.
Ves ya he leido tu nueva entrada. Luego la cometamos.
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