viernes, 31 de octubre de 2014

El sueño

Esto sucedió en aquel agosto de 1917 el trabajo sobre el que yo estaba ocupado me obligo a irme a Nueva York a Petrograd, y yo estaba instruido por razones de seguridad para viajar por el camino de Vladovostok. Yo aterrice aquí por la mañana y pase un día de reposo lo mejor que pude. El tren tran- siberiano debió empezar, tan lejos como yo pude recordar, y sobre las nueve de la noche. Yo cené en el vagón restaurante por mi mismo.Estaba lleno de gente y compartí una pequeña mesa con un hombre cuya apariencia me entretenía. El era ruso, un tipo alto, pero alucinantemente gordo, y el tenia una vasta panza que el estaba obligado a sentarse bien lejos de la mesa. Sus manos, pequeñas para su tamaño, estaban enterradas en sus rollos de grasa. Su pelo, largo, oscuro, y seco, estaba cepillado cuidadosamente sobre su coronilla con el fin de ocultar su calvicie, y su demacrada cara, con esa enorme papada, todo afeitado, que te da una impresión de indecencia desnudez. Su nariz era pequeña, un divertido pequeño botón sobre aquella masa de carne: y su ojos resplandecientes eran también pequeños. Pero el tenia una larga, roja y sensual boca. el estaba vestido suficientemente pulcro en un traje negro. No estaba usado pero lamentablemente; parecía como si no lo hubiesen cepillado y presionado desde que lo tenia. El servicio era malo y fue casi imposible atraer la atención del camarero. Nosotros pronto mantuvimos una conversación. El ruso hablaba bien y fluidamente el inglés. Su acento estaba marcado pero no cansado. El me pregunto a mi algunas preguntas sobre mi mismo y mis planes, los cuales- mi ocupación en el tiempo haciendo precaución necesaria- Yo pregunte con una muestra de franqueza pero con disimulo. Yo le conté a el que yo era un periodista. El me pregunto a mi cuando escribiría  ficción y cuando admitiría que en mis momentos de ocio que hice, el llego a hablarme de sus novelas rusas. He hablo inteligentemente. Era evidente que era un hombre con educación. Esta fue una de sus historias rusas:
"Yo no fingía serle fiel a ella. Ella no era joven cuando yo me case con ella y nosotros habíamos estado casados durante 10 años. Ella era pequeña y delgada, y ella tenia una mal cutis. Ella tenia una lengua amarga. Ella era una mujer que sufría una furia de posesión, y ella no podía soportarme que me sintiera atraído por ella. Ella era celosa no solo con las mujeres que yo conocía sino de mis amigos, mi gato y mis libros. En una ocasión de mi ausencia ella regalo uno de mis abrigos simplemente porque me gustaba ninguna de mis capas. Pero soy un hombre con un temperamento equitativo. No voy a negar que ella me aburre, pero yo acepto la disposición enconada y nada más en pensar en rebelarme contra ella, entonces yo con un mal tiempo o un frío en la cabeza. Yo niego sus acusaciones tan pronto como fue posible para negarles, y cuando esto fue imposible yo me encojo de hombros y me fumó un cigarro. Las constantes escenas que ella daba no me afectaba mucho a mi. Yo dirijo mi propia vida. A veces en efecto, yo me pregunto si es amor apasionado que sentía por mi o era odio apasionado. Me pareció que el odio y el amor era muy aliados. Por eso nosotros podríamos haber continuado hasta el final de el capitulo si una noche con una noche muy curiosa no hubiera sucedido. Yo estaba despierto por un grito penetrante de mi esposa. Sobresaltado, yo pregunte que es lo que sucedía. Ella me contó a mi que ella había tenido una horrible pesadilla, ella soñó que yo estaba intentado matarla. Nosotros vivíamos en lo alto de una larga casa y bien alrededor que las escaleras eran amplias. Ella había soñado que, del mismo modo llegamos a nuestro suelo, yo la había agarrado y había intentado tirarla por los balaustres. Esto era seis plantas hacia el suelo de piedra en lo profundo y una muerte segura.
The dream. Unit 13 ( Fact or fantasy).

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