viernes, 30 de diciembre de 2016

Leyenda #32: Ven a mi casa, vivo con mis padres.

La selectividad está hecho, los estudios por la universidad comenzaron, su novela comienza como parte de  la vida ... Sin embargo, su dirección es siempre la de sus padres. Es inevitablemente, viviendo con una solicitud  <<adolescente >> algunos ajustes a su necesaria independencia no se enciende el hogar familiar como en un hotel. ¿La solución? Establecer reglas en el hogar. Exteriormente, nada ha cambiado. Ella siempre lleva sus botas UGG y  se hace sus tostadas con Nutella. Él todavía tiene su sudadera y continúa jugando juegos extraños de fantasía heroica. ¡Excepto que en este sobre familiarizado crece un (a) desconocido (a) un (a) es-tu-dian-te (a)! De esta especie peculiares, propias en París y las principales ciudades, que siguen viviendo bajo el techo de mamá y papá. Y siempre compartir, a veces corazón con corazón, su vida diaria con ellos. ¿Cómo integrar estos jóvenes adultos a ser más hecho, en cuanto a todo el colectivo de los <<hijos>>? Y permitir que sin perder el control, para construir  << su casa >> en lo que queda, fundamentalmente la casa de la familia. Según la socióloga Elsa Ramos, autor de "Permanecer niño, al crecer", el reto para los jóvenes, << esto es de sobra áreas privadas,  con esta separación es similar a una ruptura con otros miembros de la familia> >.
 Herramientas: Google translate.
Fuente del texto: Par Valérie de Saint-Pierre. 19 décembre 2010.lefigaro.fr


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