jueves, 12 de abril de 2018

Leyenda #68: La comunión de Azucena.

Esta es la ultima parte de una saga. Espero que lo disfrutéis como yo lo he disfrutado a la hora de escribirlo. Esta es la continuación de la "Comunión de Marina". El autor no pretende promover actos de abuso a menores o criticas con la iglesia.

Esta historia comienza en el funeral de mi hermano. Fue hayado muerto en el hospital, donde mi madre me dio a luz. El asesino jamás se supo. Ahora tengo 10 años. Mis padres antes eran protestantes, pero desde que un cura les dijo a mis padres que era mejor dejar en manos de Dios el alma de mi hermano, se pasaron a la fe católica.

La causa de la muerte fue una rotura de cuello y señales de abuso sexual antes de ser asesinado. Puedo derramar mil lagrimas por él, puedo echarlo mucho de menos, pero lo que más siento ahora es no haberlo conocido nunca.

Ahora duermo en su cuarto. El otro cuarto que iba a ser destinado para mi es un altar donde velan por él.

Ahora estoy en mi sesión de fotos para el día de mi comunión. Salgo con una falsa sonrisa, intentando  ocultar el profundo pesar que me queda todavía.

-¡Cariño, posa bien! Posa normal.
- Ya lo intento, mama.
- No se preocupe, señora. Todas las niñas son coquetas por igual. Quizás sea un poco reservada.

Hice caso omiso a aquel comentario. Yo no era como todas las niñas y niños que deseaban hacer la comunión. He tenido algunas peleas con mis padres por el hecho de que antes fueran protestantes y ahora no. Mi madre me dice que es la única manera para salvar mi alma. Ellos ya no podían. Yo y mi hermano eramos fruto de un pecado carnal.

A la mañana siguiente, mi madre dio la vuelta a mi colchón y encontró un viejo diario de mi hermano. Me lo dio para que lo guardara como un regalo de comunión. Mi comunión sería dentro de un día.

Esa noche leí el diario. Quede horrorizada. Vi como mi hermano contó lo que le paso a la prima Angela. Como una vecina nuestra fue masacrada a tiros y como otra chica fue usada como sacrificio primerizo para convertir a unos criminales en unos seres monstruosos. Leí sobre aquella Orden y sobre aquella Semana Santa llena de criminales que se alegraban de lo que habían hecho. Finalmente, llegue a la ultima pagina en ella decía:

"Querida hermana, lo normal es que hayas encontrado este diario. Has leído todas las pesadillas que he vivido. Pero más aquellos niños y niñas violados y aquellos padres que siguieron la fe absurda de Godofredo y fueron tiroteados por la policía. El día que naciste, tuve muchas visiones. Fui al servicio y un cura gordo me estaba esperando en el servicio, entre la pelea que tuvimos, el intento abusar de mi, mientras me decía que  era <<una putita muy chismosa>>. Finalmente me agarró con fuerza y me rompió el cuello y luego abuso de mí. Nadie se percato de su presencia. Pero se que tu podrás poner fin a toda esta historia demencial. Tu hermano te quiere y nunca te olvida."

Rompí a llorar en silencio. Mi vista cansada no tardó en que mis ojos se cerraran. Era hora de dormir.

En ese sueño que tuve soñaba que tenia una fiesta genial de comunión junto con mi familia, hermano, familiares y aquellas niñas asesinadas, por no hablar de que en otras salas había familiares con sus respectivos hijos celebraban la famosa entrega del alma de cristo. Pero de un momento a otro lo que comían eran tripas y regalaban miembros amputados. Todo servido por un borracho cocinero que reía jocosamente. De repente aquella sala colorida, se convirtió en una sala sucia y todos los presentes ahora tenían solo cuencas en los ojos donde le brotaba una sangre enegrecida y se propulsaba contra mi vestido.

Desperté en gritos. Mi madre me dijo que no pasaba nada. Solo era una pesadilla. Encendí la tele. Al parece hace una semana, hubo un robo en un cajero de RavenRain. No era un día muy bonito para celebrar un acto tan bonito como una comunión como decía mi madre, pero era algo común.

Era el día de la ceremonia. Miraba a los lados y parecía haber más gente de lo normal. Como reflejos tristes que me alertaban de un peligro inminente. Como no estuvo el cámara pesado de antes, deslumbrandome con las fotos.

Me acerque al altar. El cura, un señor gordo, con la sotana mojada por sus partes, daba la bienvenida a todo el mundo.
"Gracias a todos por venir. Hoy es un día muy especial para vuestros hijos, ya que entregaran su alma a Cristo. Y para mi. Esta es una pequeña iglesia restaurada. Una pena que un desgraciado matará a todos los de aquí presentes y abusara de sus hijos. Pero eso es agua pasada... Yo soy un cura diferente con una preciosa melena rubia. Todo el mundo piensa que soy nórdico. Y soy de RavenRain. Hay que joderse. Oye, vamos a animar esto. A mi mis bailarinas.

De repente unas preciosas bailarinas con un bañador dorado y tacones salieron a desfilar mientras cantaban una pegadiza canción. "Es Godofredo, un tío genial. Godofredo, sensacional. Bautiza a niños y niñas con total naturalidad y los padres, ilusos, su dinero le da. Tiene todo el día la sotana mojada, el muy vicioso a todos y todas mandanga nos daba. La justicia se la pasa por sus partes, como en partes corta a todos y nos sirve como platos especiales. Godofredo que salado, Godofredo un bombón. Anima cualquier fiesta, arrancándote tu corazón. Godofredo es un tío que mataría a cualquiera por conseguir su sueño inmoral, ser un bicho alado negro y sin piedad. Así que digan todos juntos "¡Que tontos hemos sido!" "Godofredo nos ha quitado nuestro dinero y a abusado de nuestros hijos". Esta es la ultima comunión de este gran cabrón. Y todos juntos moriremos en su absurda comunión. Dicen los policías, todos disfrazados y amigos suyos, que el robo cometido es cosa de vandalismo, pero lo que si es vandalismo como ese gordo mata sin compasión a todo niño, hombre, mujer y niña sin temor".

De repente Godofredo, sotana mojada, se reía muy fuerte. El dijo:

"Ay Dios, como os la podéis tragar así. He vuelto a por mis trajes que la policía me confisco. Pero que más da están todos muertos. Este pueblo me pertenece, así como sus gente y dinero. Así que nada de que os he robado". Estas bailarinas son cojonudas. Lastima que tenga en mis manos un detonador y las vuele en mil pedazos por pecadoras pecaminosas y por insultar a un hombre que hace cosas por una buena causa: Llegar a ser un ser oscuro."

De pronto cogio un detonador de bomba y voló en mil pedazos a las bailarina. Eran unas bombas preparadas para que solo reventaran en su propio radio.

Una de los que estaban escuchando la misa le dijo:
"Esto es una locura. Ha violado toda normal legal y insulta a Dios y a los curas de todo el mundo". De pronto un policía borracho que había en la iglesia le metió un botellazo y quedo desmayado.

Godofredo dijo: "Yo soy la perfección de Dios."

Todo transcurrió lo previsto. Godofredo dio a los niños un trozo de pan mohoso y sangre de rata, que quedo por el lugar.

Nos puso a todos en unas mesas improvisadas con los banquillos y nos arrodillamos para comer. El fotógrafo que me hizo la sesión de fotos, le entregó las fotos reveladas de todos los niños y niñas que íbamos ha hacer la comunión hoy. Era

Godofredo dijo: "Niños y niñas, en orden por favor para entregar el alma a Dios. Os espero en mi despacho. No os acobardéis o vuestros padres pagaran las consecuencias."

Palillo en los dientes Jones, sujetaba una ametralladora en sus manos apuntando a todos.
Los niños y niñas iban pasando. No podía permitir que sufriéramos el mismo destino que los demás.
Conocía todo lo que había leído del diario de mi hermano y le pregunte a Palillo en los dientes Jones.

"Oye tío, ¿Eres capaz de saber cuantos dedos voy a sacar en una mano? Si lo aciertas, puedes pegarme un tiro en la cabeza. Eres capaz o eres un cagado".

Palillo en los dientes aceptó. Era un jugador empedernido. El dijo 5 como los dedos de mi mano. Yo le saque un dedo que era un signo de insulto. Se volvió loco y metió tiros al techo. Luego gritaba una y otra vez que había perdido con una niña y se metió un tiro con la ametralladora.

Mis padres me gritaron a que huyera, aprovechando la confusión. Huí hacia una sala, la cual era una cocina improvisada mientras se escuchaba la voz de Godofredo. "Vaya, han huido, esto va a ser como jugar al ratón y al gato, pero si gano os mato y me quedo con vuestra virginidad."

Allí estaba aquel cocinero gordo de mis pesadillas, bebiendo vodka como si fuera a acabarse el mundo. Me miro y iba a por mi. Estaba arrinconada. De repente, con la borrachera se cayó y como tenía una cazuela llena de tripas se le echo encima. La botella se derramó en el hornillo encendido y se vertió en la ropa de Maloliente Bill. Este empezó a arder pidiendo auxilio. Salí por la puerta, esquivando el fuego, procurando no quemarme. Bloqueé la entrada y salida de aquella sala pequeña usada como cocina improvisada.

Se oían gritos y disparos, ya que al parecer Godofredo había cogido la ametralladora y había matado a todos los padres. Se oían insultos y forcejeos pero todo acabo. Muchos niños gritaban y pedían ayuda, pero Godofredo los atrapaba y los mataba. Seguido de lo que había dicho. Yo contuve mis gritos. Mis padres habían muerto seguro.

Intentando huir tope con el fotógrafo que tenia un cuchillo. Me cogió de una mano y quería apuñalarme, mientras me decía :
"Calmate niña, quiero convertirte en una de mis piezas".

Agarre su cámara de un tirón y se la estampe en la cara en el forcejeo. Este cayó y agarre el cuchillo. Lo apuñale 5 veces. Murió totalmente desangrado.

Ahora no era tiempo de llorar ni de huir. Ni mucho menos como los demás niños y niñas que se mearon y cagaron de miedo. Era el momento de la venganza.

Me acerque a la sala donde estaba el comedor. Todos estaban muertos con algún miembro amputado. Niños y niñas iguales con señales de abusar de ellos.

Sentí algo frío en mi nuca. Era Chancleto apuntándome con su revolver. Me dijo:
-Tira el arma amiga. Esto es una iglesia. Y Dios odia las armas.
-Pero, ¿ama todo este genocidio?
- El Dios al que nosotros profesamos si. Larga vida a Callius.

De repente me dio con la culata en la cabeza y perdí el conocimiento. Estaba ahora en una mesa de sacrificios de la iglesia. Estaba atada de pies y manos. Godofredo dijo:

"Bueno tu eres la ultima. Ahora por fin mi hermano y yo podemos ser seres más peligrosos. No solo cuervos alados que se transforman en humanos, sino en seres mucho más diabólicos. Seres oscuros, al servicio del Dios Callius."

Con una espada de cortar tartas en la comunión, apuntándome al pecho dijo:

"Oh Señor, que por fin esta alma pura te sirva de sacrificio como todos los que hemos hecho hasta ahora. Que hoy sea el fin de los días de todo ser humano. Que todo corazón sea controlado por sus pecados mas anormales. Quiero ser un ser oscuro. Quiero que todo a mi paso sea un apocalipsis.

De repente el techo se voló como si se lo hubiera tragado un agujero negro. Era una potente tormenta que estaba arrasando el lugar. Godofredo espero respuesta pero no hubo nada. Y dijo:

"Ah si, se me olvidaba. Tu muerte."

De pronto, un fuerte viento empujó a Godofredo contra la pared. La espada se clavo en la mesa de los sacrificios. El viento llevo por los aires a Chancleto. Con un grito de vaquero se despidió de nosotros pero de pronto se estampó contra el suelo con una inmensa fuerza. Todos sus huesos se rompieron cual cristales.

Un aura maligna se apodero de la iglesia y tiró la mesa donde estaba yo. La espada se soltó de la mesa clavada. La cogi con mis dedos y corte las cuerdas, mientras que Godofredo estaba distraido por el aura que el mismo había creado y provocado.

El aura era la venganza de todos aquellos que habían muerto en sus manos. Rompieron todo a su paso. Joyas, mobiliario caro, los vestidos restaurados, dinero, talones de los padres y madres que había pagado para hacer la comunión a sus hijos.

Godofredo enloqueció:

"Mis bienes preciados. Mi proyecto. Arruinado. Y yo, no soy un nuevo Callius. Te mato puta, te mato puta, te mato puta..." repetía incesantemente, intentando dispararme.

En un acto de valor, cogí la espada y le aseste un golpe en la mano y le quite el revolver de su compañero. Rápidamente le clave la espada en sus partes tan fuerte que sentí que le había roto sus órganos.

"Tu fin ha llegado Godofredo. Pagarás por todas aquellas personas a las que has engañado con tu fe, has manipulado y matado". Godofredo reía como un desquiciado.

"Fue un placer matar y violar a tu hermano, como el placer que he sentido al llevar una vida de crímenes. Dios nos hizo para hacer lo que queramos con nuestras vidas y yo supe aprovecharlo.", dijo entre risas de dolor.

"Exacto, todo lo que Dios creo este lleno de paz y guerra", dije.

Cogí la pistola y le pegue un tiro en la cabeza.

De pronto el aura maligna me empujo de la iglesia. Arranco todo lo que había dentro junto con lo que quedaba de escombros de la iglesia, que estaba ardiendo a causa de dejar el hornillo encendido.
Luego se desvaneció. Luego pude ver en el cielo a todas aquellas almas que Godofredo y sus acompañantes habían torturado. Me sonrieron en señal de gracias. Yo hice lo mismo...

"Esto señor policía ha sido mi versión de como el padre Godofredo a abusado de nosotras. He contado esta historia en señal de todas las niñas y niños que hemos sido violados, y yo he tenido la valentía de contarlo todo a la policía.

De pronto los policías detenían al padre Godofredo y se acuso de abusar a 4 menores de edad, entre ellos uno era mi hermano, que me lo contó antes de suicidarse.

Salí del colegio con una gran sonrisa, en un día tan nublado. Una historia inventada que ha contado toda una verdad que parecía cosa de ficción.













No hay comentarios:

Publicar un comentario