martes, 30 de julio de 2019

Leyenda #90: Historias refrescantes 4: Los limites de la humanidad.

- Papi, papi la playa. Esta allí. Es preciosa. Mira esa montaña de basura, mira esa gente tirada en la arena por la resaca, mira esas chicas llorando con la sombra de ojos corrida.- dijo la niña.

- Ay hija, no has dejado de pensar en la playa desde que cogimos aquel tren. Estabas tan emocionada que hasta el maquinista lo notó, nada más dejarnos en la estación. Una suerte que la estación pille muy cerca de la playa.

- Cariño, vamos a jugar con las olas.

La familia jugó con las olas del mar, corrían para que no les pillara las olas, reían cuando finalmente les alcanzaban, miraban la profundidad por la que se extendía el mar. Una sensación de paz y tranquilidad. Era una liberación de todo, una armonía espiritual. Casi de ensueño, digno de publicar en redes sociales para que todo el mundo se deleite con ese disfrute, como si de alguna forma pudieras desde la pantalla trasladarte al lugar.

La niña de gafas de sol multicolor y camisa verde con florecitas le pregunto al padre de camisa naranja y pantalones beige con un peinado imposible de despeinar ni con un potente viento.

- Papa.
- Dime, hija.
- ¿Esto es una excusa para que mama y tu no discutáis?
- No cariño, es una evasión de nuestros problemas.
- ¿Y con esto se solucionaran?
- Muy pronto hija, muy pronto.

Pasaron las horas, la mujer del vestido azul clarito y un fular en el cuello le dijo al marido de peinado imposible que lo acompañara solos a jugar con las olas.

- Cariño, ¿estas preparado?
- Pues no, no veo lógico matar a nuestra hija.
- Así cesaran nuestras peleas. Todos los problemas surgieron desde el día en que me dejaste preñada. Unirnos a esa secta, en ese hotel es la solución a nuestros problemas.
- Si tu lo dices...- dudó el marido.

El sol cayó y la luz iba apagándose. La familia fue a la habitación del hotel. La niña no pudo enterarse de nada, estaba muy cansada del viaje. Los miembros de la secta los esperaba.

- Hermanos, ¿estáis listos? - dijo el líder de la secta.
- Si lo estamos, Godofredo.
- Bien, que Dios se apiade de nuestra hermana. Hoy sera asesinada en el nombre de él y se hará con los seres oscuros.

Godofredo dio una daga a la madre y hizo una seña para degollar el cuello de la niña. La mujer lo hizo y un gran fuente de sangre salio del cuello. La mujer aprovecho a bañarse en la sangre de su hija mientras gemía y gritaba: ¡ Me siento más joven, más viva!

La mujer entregó la daga ensangrentada al marido. Este se lo clavó en la parte del corazón de la niña, una vez la tendieron en la cama. Poco a poco la rajó hasta poder sacarle el corazón y lo mordió. Luego se lo pasó a Godofredo, que transformado en medio cuervo- medio humano cortó el abdomen y le sacó las tripas. Las absorbió como si fuera un fideo de espaguetis. Luego poco a poco, la descuartizaron y comieron su cuerpo.

La mujer preguntó:¿ Es la primera vez que hace esto?
 El hombre de la secta rió con normalidad.
- Mujer, claro que no. Cada verano secuestramos jovencitas y algún que otro jovencito y lo matamos. Es el placer de ser asesinos. Siempre buscas nuevas emociones con cada victima.
- Nosotros estábamos hartos de la rutina, de peleas, de berrinches y recordamos aquellos momentos cuando no teníamos hija y pues, oye la asesinamos y me siento mejor. Me siento liberado. Mi mujer me dijo que no tuviera dudas y he saboreado el placer de comerme el corazón de lo que un día fue mi hija.

Todo esto se desarollaba en el bar del hotel. El camarero los escuchaba pero no entraba al saco.




Años más tarde...

Se abre un caso contra la familia que mató a la chica en la playa. El juicio comenzará en unas horas...

-¿ Como se declaran? - dijo el juez.
- Libres, señor.
- ¿Son conscientes de que son unos asesinos sin escrúpulos que mataron a una niña inocente, más concretamente, su hija?
- Si señor, pero ese fue nuestro error. Tener una hija. Matarla fue nuestra liberación y la suya.
- Los informes que me ha pasado el inspector que llevaba tiempo investigandoles dice que hablaba con sus vecinos sobre la naturalidad con la que la mataron, se bañaron en su sangre y comieron su cuerpo.
- Señoría, estaba deliciosa esa carne tan blanda, como un corderito.- dijo el padre.
- Esa sangre me devolvió los años perdidos con esa niña.- dijo la madre.
- Me dan asco ustedes, son los primeros que pasan los limites de la humanidad. Gente como usted deben ir al sitio con mas reprimenda del planeta.
- Señoría, en mi defensa.- dijo la madre, podrá quemar y torturar nuestro cuerpo hasta la muerte pero jamás nos quitara esa liberación. Ted Bundy mataba por amor, amor a las mujeres y a la muerte. Seguro que tras su muerte se sintió libre. Pat Bateman mataba prostitutas para sentirse un poco más narcisista y a Dios pongo por testigo que lo consiguió. Y el Joker amaba destruir a la humanidad porque sabía que en el fondo todos dábamos asco cuando nos mirábamos en el espejo. ¿Me equivoco señoría y miembros del jurado?

El jurado calló y el juez también. Un miembro del jurado dijo haber abusado sexualmente de su pájaro doméstico, otro confesó que amaba romper cuellos a animales indefensos, otro enterró vivo a su suegra porque le sabia mal dispararle en la cara aquel día de Navidad y el último tenia una persona secuestrada durante 5 años, en un cobertizo con una vestimenta de cuero sin agua, comida y luz.

Todos gozaban de la libertad de hacer algo peligroso, ilegal e indigno pero por eso lo hacían. Les atraía los limites a los que un ser humano era capaz de llegar.  El juez habló.

- La verdad, es que yo no tengo porque juzgaros. Tenéis una gran valentía al confesar eso. Yo no soy quien para juzgaros. Gestiono la red de narcotráfico de drogas mas fuerte del planeta. Soy un subjefe de la Deep Web. Os declaro libres, libres para matar, libres para hacer lo que queráis. Es más os declaro libres para hacer lo que os plazca. Empezad por el peor de los delitos.

Todo se volvió oscuro...

Un día lluvioso en un edificio con muchas plantas era contemplado por un chaval. El chaval subió unas escaleras resbaladizas. Luego bajo otras. Llegó hasta un portón donde le abrió un cirujano. El cirujano era un presentador de televisión famoso.

- Pase, pase.- le dijo el cirujano.
- Me suena su cara.
- Si salgo en una cadena de televisión.
- Ahora caigo cual es.
- Esto se considera eutanasia si el paciente desea ser asesinado, ¿lo sabe?
- Si lo se, estoy harto de todo. Quiero evadirme de la vida. Toma mis quinientos pavos y gaseame.
- Muy bien como guste, ¡ que empiece la carnicería!
El cirujano sedó al paciente en un lugar lleno de goteras y oxido, un lugar totalmente insalubre. Comenzó ha hacerle una transfusión de sangre poco a poco hasta poder sacarle los cinco litros de sangre que tiene un ser humano. El paciente despertó casi muerto.
- Sigo vivo.- dijo casi balbuceando.
- Bueno ahora llega el final feliz.

El cirujano sacó una pequeña radial para cortar cabezas y se la pasó poco a poco por el pecho del paciente. El paciente tardó poco en morir.

- Hasta siempre...- dijo el cirujano.

Todo oscuro otra vez. Una bola de caras emergía entre la oscuridad entre gritos y caras conocidas. Unas voces sonaban al unisono. "No puedes morir así". El paciente de antes salía reflejado en un espejo con muchas caras conocidas. Familia, amigos, conocidos, compañeros de universidad. Todos le complementaban. Eran parte de su vida.

Desperté de aquella pesadilla. Mi frente estaba correando de sudor, un sudor muy frió. Bebí agua de mi frigorífico. Me desvelé y empecé a escribir sobre esas pesadillas. Me reí hacia mis adentros ya que aquellas caras que me hablaban eran todas personas que me he cruzado en el camino.

- Bueno pues he acabado de escribirla. http://laleyendademaor.blogspot.com/2019/07/leyenda-87-historia-refrescante-1-la.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario