miércoles, 10 de marzo de 2021

Leyenda # 106: La leyenda de la maquina de coser

 

Toda la entrada estaba oscura. La luz no funcionaba. Avance hacia el pasillo de la casa. En un lado del principio del pasillo había un mueble, encima del mueble había una antigua máquina de coser.

Como si de un instinto se tratase, acerque mi dedo hacia la máquina de coser, directo a pincharme con la aguja.

¿Recordáis cuando Aurora se pinchó el dedo con la rueca y cayó dormida durante al menos 100 años? Esto no fue una maldición. Esto fue la apertura de un arma. Un arma capaz de generar universos enteros. Un arma capaz de conectar a través de un hilo rojo de sangre a cientos de personas.

Era un ritual con sangre más bien. Pues con la sangre derramada de tan sola una gota se crearía un vínculo infinito con cientos de personas, de universos. Mi destino estaba sellado a conocer a cientos de personas. Personas dormidas en un capullo de cristal, como si aún no los conociese. Otras aún ni existen.  Todas se abrirían según el orden de distancia.

Podía vislumbrar nombres al azar. Nombres que conoceré próximamente. Pero, todo esto es mito. Un mito muy real.  Todo eso estaba detrás de aquella máquina de coser.  Una estación de portales.

Por favor, oh hilo de sangre. ¿Hasta dónde llegaras? ¿Cuál es mi destino en la vida?

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