Iba caminando por un bosque profundo. Sobre los pies de un
tronco crecían unos grandes hongos. Tenían el himeno muy grande. Este es como
si fuese la copa de un paraguas. Tenían un color blanco muy brillante. Sentí
curiosidad por cogerlo, agarrarlo.
Un señor que paseaba por el bosque me dijo que ese hongo en
realidad es un parasito y que sus esporas con solo tocarlas pueden contagiarse.
Viajan por las vías respiratorias y cogen nutrientes en tus venas o cualquier
conducto donde pueda sustraer alimento. Si lo tocabas el hongo podía duplicar
de tamaño. Este se volvía alargado.
Tenía la necesidad de tocar aquel hongo. Me parecía muy
llamativo. Casi tenía la sensación de que me llamaba telepáticamente para que
lo agarrara.
Me dispuse a agarrarlo. Flexione las piernas y lo arranque
de la tierra. No pude, pues su estipe alcanzo un tamaño descomunal y soltó una
gran cantidad de esporas que sin lugar a dudas, no tuve tiempo de no
respirarlo.
Esa noche, al volver a mi casa, me acosté. Desperté en mitad
de la noche con mucho cansancio. Sentía que algo correteaba por mi cuerpo. Como
unos parásitos. Abrí mi boca y vi como unas larvas corrían dentro de mi piel.
Por la parte del paladar. Parecía como si palpitase.
Fui a por unas pinzas e intente sacarlas todas. Poco a poco,
desgarraba mi piel y podía sacar las larvas. Parecían unos flagelos, unas
larvas alargadas y muy blancas.
De repente, sentía las ganas de vomitar.
Una voz en el baño me dijo que el Hongo Estriado, pues así
se llamaba ya que cuando crecía su cuerpo se llenaba de estrías. Su principal fuente son los fluidos
corporales. Y se alimenta de los sueños más húmedos. Ya que al ser un hongo vive
de la humedad y en los seres humanos, la húmeda se encuentra en su lascividad.
Los parásitos que suelta el hongo viven acosta de la de los sentimientos más
lascivos de un ser humano.
La voz me dijo que continuara vomitando.
Así lo hice, vomité con todas mis fuerzas y una cantidad de líquido
blanco y larvas salieron.
Las larvas cada vez tenían la cara de gente a la que reconocía
en mis sueños más húmedos.
No podía creerlo. Me sentía avergonzado. Pero era una
realidad. Esas personas forman parte de mis sueños húmedos.
La voz me dijo que no me preocupase, pues cuando los
eliminaba de mi cuerpo los desvinculaba. Ya no soñaría más con ellos y perdería
el nexo lascivo que nos unía.
Nunca más volví a soñar con esas personas. Pero lo que sé es
que si vomite tanto liquido fue a causa de tener muchos sueños húmedos con esas
personas, que gracias a mi liberación, nunca más tendrían que ser los
protagonistas de aquellos sueños.
Los recuerdos se habían prestablecido y todo volvió a su
sitio y en calma.
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